Es momento de maldecir al primer hombre en utilizar las muletillas. Aquél que alguna vez profirió por primera vez un "esteee" nos condenó para siempre; para la eternidad.
Ese vergonzoso vocablo de seis letras era hermafrodita, y se fue reproduciendo en diferentes palabras que inundaron nuestra lengua. Eeh, ¿qué iba a decir?
Aah, sí. La peor de todas: la respuesta del modo piloto automático.
Veamos un ejemplo:
-Che, no podés cagarte así.
-Sí. No. Tenés razón.
Hete aquí la peor inmundicia del habla. ¿¡Cómo es posible afirmar y negar algo al mismo tiempo!?
Pero esto se pone peor.
Hay quienes incluso se dan el lujo de cubrir toda posibilidad posible -valga la redundancia-.
Veamos un ejemplo:
-Che, no podés cagarte así.
-Sí. No. No sé. Tenés razón.
Entonces, es hora de ser autocríticos. Concienticemos. Pongámonos de acuerdo.
Elijamos afirmar, negar o dudar, pero nunca los tres al mismo tiempo.
Es un mensaje de un inflahuevos del vocabulario.
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