
Rascarse la cabeza, estirarse, o cualquier otro movimiento que implique ceder un espacio de ese valiosísimo sitio y estamos listos para toda la cosecha.
Por supuesto que el vencedor es además un campeón en hacerse el boludo, en disimular.
Cómo vamos a hacer que sean compartidos. Es una herejía que haya uno por cada unión de asientos. Así, la paz no se alcanza nunca.
Deberíamos ser solidarios y fomentar la erradicación de los apoyabrazos.
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