jueves, 24 de noviembre de 2011

Es Mentira I

Todos soñamos a diario con idear la máquina que nos permita volver "x" cantidad de años en el tiempo, para modificar, omitir, anular, esa gran cagada que nos mandamos. Como
comunicador, es mi rol -lamentablemente-, reventar esa burbuja inconsistente.
La gran razón que nos imposibilita viajar en el tiempo, simplemente consiste en lo siguiente: si "a" vuelve diez años atrás para cambiar el momento en el que decidió correrle la silla a "b", mientras "b" estaba realizando el acto de
sentarse, y "b" al caerse queda hemiplégico, ocurrirá que al cumplir con su deber anulará la necesidad -diez años más tarde- de viajar a ese momento y advertir a su propio él (nos referimos a "a" diciéndole/se: "no lo hagas, "a").
Wikipedia lo cataloga como "paradoja temporal" (artículo al que llegué corroborando que no existiera alguna postura previa al respecto; desafortunadamente no soy el primero en tener este pensamiento, por lo que tuve que cambiar la total postura del artículo).
Entonces, habiendo explicado mi punto, sigue romper la ilusión a todos aquellos quienes soñaron con inventar la máquina del tiempo; aun más, es probable que ya se haya inventado y no se
hayan dado cuenta, desechándola como si fuera simple chatarra.
Esto, nos deja una sola alternativa: para convertirnos en viajeros del tiempo, deberíamos tener la habilidad de Ashton Kutcher -un superpoder que le permite, a través de un simple avistaje de
fotos o videos, volver a ese momento y cambiar el presente (él lo demuestra en una película pro-tumores, donde el mensaje es claro: "uno debe estar dispuesto a arriegar su integridad, sometiéndose a la posibilidad de un tumor, con tal de tener lo que le plazca")-.


Mejor, pensar las cosas dos veces y no subestimar al tiempo.
Aunque si hay chances, pedirle ayuda a Bernardo no estaría mal.





martes, 15 de noviembre de 2011

Escato-lógicas I






Uno lo usa todos los días, la operación está automatizada.
Sin embargo, yo m
e pregunto: ¿de qué lado va el papel higiénico?



jueves, 10 de noviembre de 2011

Be Carrefour (Recalgado)




Al final era cierto. Algo traía entre manos. Fui víctima de un plan maquiavélico.
Al final era cierto.
Se terminaron las épocas doradas. Volvimos al uno a uno -un caramelo = una moneda-.
Lo venía probando; debo admitirlo. Estaba tentando a la suerte.
Hacía compras con números que no fueran redondos, adrede. Pagaba con un Belgrano compras que no superaban los tres pesos.
Al final era cierto. Algo traía entre manos.
Tejió la más espeluznante red de confianza. Me fue atrayendo poco a poco, seduciéndome con vueltos demagógicos.
Pagué 4.90 con un billete de cinco; me devolvió un caramelo.